El drenaje linfático está muy aconsejado en el pre y en el post parto, ya que evita trastornos de la circulación sanguínea y es de gran ayuda para la eliminación de líquidos acumulados durante el embarazo, eliminando toxinas.

Todos estos beneficios repercuten además en un aumento de la autoestima; si se realiza antes del embarazo, el drenaje linfático ayuda a llegar al parto con el organismo más preparado; si se realiza después, las mejoras estéticas harán de esta época un período más feliz y saludable.